¿de qué sirve tener un plan? 

Si queremos ir de un punto A a un punto B, nuestra tarea será averiguar cuál es la mejor forma de transitar ese recorrido. Esto es un dilema elemental de navegación y los humanos solemos ser muy buenos respondiéndolo. 

¿Qué pasa cuando no sabemos a dónde queremos ir ni dónde estamos exactamente? 

Aquí es cuando ocurren los desastres. La improvisación conlleva la angustia de la falta de dirección, de sentido. Intentar ordenar nuestras finanzas sin ningún plan es como intentar conducir con los ojos vendados y llegar a destino (sin matar a nadie)

¿Cómo hacer un plan? 

Como dijimos, un plan es un mapa que nos permite transitar del punto A hacia el punto B de la mejor manera posible. Para hacer un buen plan requerimos de algunas cosas fundamentales: 

  • Saber dónde estamos
  • Saber hacia dónde vamos
  • Saber cómo identificar el mejor camino posible
  • Saber cómo mantenernos en dicho camino el tiempo necesario sin desviarnos
presupuesto

Vamos a considerar estas cualidades una por una en el contexto de nuestras finanzas: 

Dónde estamos 

Para gestionar mi economía primero debo tener la capacidad de diagnosticar mi economía. Ningún plan puede construirse sobre información errada y funcionar. Un buen plan debe además estar mapeado correctamente sobre la realidad sobre la cual pretende intervenir.

La manera de diagnosticar nuestras finanzas es anotando nuestros ingresos y nuestros gastos. Es tan simple como eso. El primer paso es una honesta radiografía de nuestra situación inicial. 

Hacia dónde vamos

El segundo paso es poner una meta. Tenemos que preguntarnos honestamente qué es lo que queremos para el largo plazo, y con eso en mente, representarlo en nuestra cifra mágica. 

La cifra mágica debe ser lo suficientemente motivante como para funcionar como nuestra zanahoria en el horizonte pero, también, lo suficientemente realista como para no frustrarnos más de lo que nos motiva.

Identificar el mejor camino posible 

Esta es la parte que más suele asustar a la gente que quiere planear su economía. Antes de entrar en detalle queremos aclarar dos cosas: 

  1. Un plan mediocre es muchísimo mejor que ningún plan.
  2. Un plan significa comenzar un humilde camino hacia mejores planes en mucho menos tiempo de lo que crees.

Habiendo dicho esto, vamos a hablar de cómo identificar el mejor camino posible para ir de donde estamos actualmente hacia dónde queremos ir.

Con nuestra cifra mágica en mente y nuestra radiografía del otro lado, lo que debemos hacer es priorizar. Una vez que le dedicamos unos minutos a esta tarea, la cual suele ser muy angustiante y paralizante al principio, comenzamos a calmarnos y a tomar algunas decisiones. 

En poco tiempo notarás que emergen ante ti claramente las cosas que bien podrías ahorrarte por un tiempo. Una vez que llegues a un acuerdo razonable contigo mismo, es hora de recortar algunos gastos prescindibles y comenzar tu camino hacia la cifra mágica. 

Recorrer nuestro camino sin desviarnos 

Lo difícil, como todo en la vida, comienza ahora. Si eres razonable y pones tu voluntad a disposición, este proceso no tiene que ser brusco. Si logras cultivar la paciencia, la humildad y la constancia verás que el camino hacia la cifra mágica es tranquilo y digno. 

Recomendamos hacer ajustes razonables, teniendo en cuenta nuestra felicidad integral, no solo la financiera. Si estás dispuesto a ser paciente, puedes llegar a tu mejor versión en 3 meses en vez de un mes y diversificar el ahorro y la austeridad en el tiempo. La paciencia es tu mejor aliada en este camino.

La mejor manera de soportar las tentaciones es tener en claro todos los pasos anteriores y resguardarse en la solidez de nuestro plan y seguirlo a rajatabla. 

Conclusión 

Puede ser el capitán de tu barco si te lo propones, lo único que necesitas es humildad, paciencia y voluntad. Un buen plan hace maravillas en la vida de cualquiera. La mayor parte de tu frustración ocurre porque tus finanzas dependen de cómo te levantas cada día. Un plan básico es mucho mejor que ningún plan, y, si eres paciente, ni siquiera tienes que sufrir tanto para poder ahorrar. 

El presupuesto es tu mejor arma contra la incertidumbre  y los gastos innecesarios.

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